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Analisis Lógico del concepto de «X es mejor que Y»

 En este post voy a analizar desde un punto de vista lógico lo que significa que algo sea mejor que otra cosa.

El relator «ser mejor que» es un relator de aridad de 2 … n .  Lo que significa que un uso legítimo del relator «ser mejor que» implica dos o más argumentos. Yo puedo decir que Dios es lo mejor de este universo o puedo decir que yo soy mejor que Antonio, pero no puedo decir que soy mejor que yo mismo. En general se suele usar una acepción autoreflexiva «Yo soy mejor que yo mismo» para decir que he mejorado en relación a un tiempo anterior, pero en ese caso no hablamos de exactamente mismo objeto idéntico. Nunca el mismo objeto en la misma circunstancia será mejor que sí mismo ya que será exactamente igual y para que algo sea mejor que sí mismo, es necesario de que se trate de dos cosas con al menos una diferencia y que esa diferencia sea juzgada como algo mejor y distintivo que hace que una sea mejor que la otra.

Otro aspecto importante del relator «ser mejor que» es que es un relator comparativo y jerárquico. Decir que X es mejor que Y implica poner por encima a X sobre una escala jerárquica. Por eso «ser mejor que» no es simétrico, el orden importa mucho. Observemos las propiedades lógicas que cumple este relator y cuales, por consecuencia, incumple:

SUS PROPIEDADES LÓGICAS:

Transitividad: Si A es mejor que B y B es mejor que C, entonces A es mejor que C.

Esta propiedad se cumple. Si yo soy mejor profesor que mengano y mengano es mejor profesor que fulano. Por tanto, yo soy mejor profesor que fulano.

Reflexibilidad: A es mejor que A

Esto evidentemente es falso. Nada es mejor que sí mismo. Siempre es igual que sí mismo, ni mejor ni peor. Ante dos cosas idénticas es imposible juzgar de manera racional que una sea mejor que otra.

Simetría: Si A es mejor que B, entonces B es mejor que A.

También es evidentemente falso. Dado el carácter jerárquico, cuando A es mejor que B, es falso que B sea mejor que A. No se puede decir: ´»Sí, Adrián el mejor profesor de lógica, pero hay alguien que le supera». Evidentemente si hay alguien que le supera no es el mejor profesor de lógica».

Equivalencia: Si A es mejor que B, entonces A=B

También falso. De hecho la lógica funciona completamente al contrario. Si A es mejor que B, entonces A es diferente de B, pues si no no sería mejor, no sería ni mejor ni peor que A.

CRITERIOS DE VALIDEZ PARA EL RELATOR «SER MEJOR QUE»:

Es de gran importancia para los seres humanos crear jerarquías entre las cosas. Muy a menudo vemos gente diciendo que algo es mejor que otra cosa o que otra cosa es mejor que aquella. Ahora la cuestión es ¿Cuándo podemos decir que hemos aplicado correctamente o justificadamente la expresión X es mejor que Y?¿Bajo qué criterios podemos determinar el buen uso legítimo de esta expresión? A este respecto, creo conveniente varios criterios de corrección que preferiblemente deberían cumplirse en su totalidad:

  1.  Aquello que se compara preferiblemente debe pertenecer al mismo conjunto o, en su defecto, compartir alguna propiedad en común: No es lo mismo comparar un procesador i3 y un procesador i7 que comparar el cerdo con la velocidad. Es recomendable que ambas cosas sean del mismo tipo. Por ejemplo, i3 y i7 forman parte del concepto de procesador en un ordenador, mientras que cerdo y velocidad no suelen estar incluidos en el mismo concepto.
  2.  Criterios: Decir que algo es mejor que otra cosa requiere de una justificación, de un «en tanto que» implícito. Cuando digo que X es mejor que Y, en realidad, lo pienso así en tanto Z. Imaginemos que comparamos dos libros, puedo decir: «Este libro de matemáticas es mejor que este otro en virtud a su claridad, pero este otro en virtud de su profundidad y extensión es mejor que el primero.»Todo uso de «ser mejor que» implica un «en tanto que». Hay que saber en que sentido es mejor que esa cosa. Ya lo afirmó Aristóteles en su Organon cuando dijo que ontológicamente no hay nada mejor que otra cosa. Las cosas son o no son y en virtud de que son no son ni mejores ni peores. Por tanto, las cosas son mejores o peores no en virtud de su ser en cuanto ser, sino en virtud de su ser en cuanto algo. Cabe discutir si algo es un buen o mal criterio, pero eso implica muchos factores, entre los cuales quiero destacar uno fundamentalmente, la finalidad.
  3.  Finalidad: Es posible que podamos usar el relator «X es mejor que Y» en sentido utilitario, mejor que Y para hacer W.  Yo puedo pensar que este libro de matemática es mejor que este otro en tanto su claridad ya que lo que busco no es una análisis minucioso de la cuestión, sino una visión general que me dejo las ideas fundamentales bien claras. Ahora bien, si yo buscará lo contrario, probablemente preferiría Y dado que mi finalidad sería otra.

En conclusión, me gustaría aportar una esquema para la validez del relator «X es mejor que Y»:

X es mejor que Y en tanto C para la finalidad Z

LOS DISTINTOS SENTIDOS DE SER MEJOR:

Como diría Aristóteles en relación al ser, «X es mejor que Y» puede decirse de muchas maneras. ¿En que sentido se puede mejorar algo? Yo quiero dejar una breve lista sobre los distintos sentidos en los que algo puede mejorarse:

  1. Mejorar en el sentido de ampliar: A veces se puede mejorar algo al ampliarlo con más elementos que lo hacen más valioso.
  2. Mejorar como eliminar: A veces se puede mejorar algo cuando quitamos un elemento que perjudicaba a la cosa.
  3.  Mejorar como sustitución: Es una mezcla de aplicar 2 y 1 en este orden.
  4.  Mejorar como cambiar o transformar: Algo puede ser mejor simplemente porque se ha transformado o hecho de otra manera que es más positiva.
  5.  Mejorar como eficiencia: Algo es mejor simplemente porque se hace más rápido y con menos gastos.
  6. Mejorar como experiencia y dominio: Algo es mejor simplemente porque tiene más experiencia y dominio en hacer ese algo y, por ende, comete menos errores en su ejecución.
  7.  Mejorar como ajustar: Hay veces que algo es mejor por una cuestión de adaptabilidad, dado un contexto C, la cosa consigue adaptarse más a C que antes.

JAIMITO EL LÓGICO Y SU MADRE AUTORITARIA:

– Jaimito, deja de trasnochar para estudiar lógica, ¡más te valdría que organizaras tu habitación! ¿Estamos de acuerdo?

-Mamá, desde un punto de vista lógico, no puedo decir que no es verdad que no estoy en desacuerdo contigo.

-Hijo, ¡no sé en qué me he equivocado!

 

«[No] [puedo][decir que][no es verdad que][ no] [estoy en [des]acuerdo contigo.]»

   ¬  P  ( ¬¬¬p)

Lógicamente, decir NO es verdad que NO estoy en DESacuerdo contigo,  es negar algo dos veces. Cuando no se utiliza la negación de manera enfática, negar una negación es afirmar algo. Por tanto, podemos simplificar esta expresión:

¬  P  ⱶ ( ¬p)

«No puedo decir que estoy  en desacuerdo»

En lógica hay que diferenciar la «posibilidad» del operador de «permiso». En los lenguajes naturales no se hace esta distinción, por eso podemos decir estos dos enunciados con el verbo «poder»:

1. No puedo levantar una tonelada.

2. No puedo pasarme un semáforo en rojo.

A pesar de que en ambos enunciados se  utiliza el verbo poder, ambos usos del verbo expresan cosas distintas.  El primero significa posibilidad, mientras que el segundo significa «permiso». Si quisiera saltarme las normas, yo podría saltarme el semáforo en rojo, pero no podría, aunque quisiera, levantar una tonelada con mis manos. En el enunciado de Jaimito, «poder»  significa permiso.

Al mismo tiempo, decir  «No tengo permiso para decir  x» es lo mismo que decir «Estoy obligado a no decir x».  Así pues,

ⱶ ( ¬p)

«Estoy obligado a no decir que estoy en desacuerdo.»

Puedo estar obligado a no decir algo ya que me castigarían o  provocaría ciertas reacciones indeseables, etc. Si nos saltamos la lógica deductiva más clásica y pensamos que estar obligados a decir algo implica, en cierta manera, la obligación de asentir lo contrario, podríamos concluir que,

Oⱶ p

«Estoy obligado a decir que estoy de acuerdo»

Veamos como termina el diálogo entre Jaimito el lógico y la madre autoritaria:

– Mamá, te diré en qué te has equivocado… Es absurdo realizar una pregunta cerrada (cuya respuesta es sí o no) cuando sabes que una de las dos respuestas no está permitida. Por tanto, sólo caben dos opciones, que sea un insolente o un sumiso. Y, a este respecto, debo decirte algo.

-¿Qué?

-Que mi grado de asentimiento a tu enunciado es inversamente proporcional al grado de obligación  con el que me veo forzado a decírtelo.

-Cariño, te prometo que mañana vuelvo a pedirte cita para el psicólogo de tu instituto.

-Gracias Mamá. Te quiero.

:-) Y eso de la lógica formal… ¿Para qué?

            Soy un amante de la lógica, un tanto excéntrico a veces, que disfruta de las redes sociales. ¿Por qué? Porque Twitter es increíble.  Toda una enorme fuente de información acerca de la naturaleza humana. Imaginad que cada vez que alguien pronunciará un enunciado sobre algo en el mundo, nosotros pudiéramos almacenarlo y congelarlo en nuestra mente. Imaginad que cada vez que una persona habla con otra sobre “lógica” algo en tu mente se encendiera y almacenará esa conversación junto a todas aquellas que se realizaron en otrora sobre ella. Ese es el poder de Twitter. Twitter es una gran mente que es capaz de almacenar y buscar millones de conversaciones sobre algo sin que se las lleve el viento. Una puerta directa a la mente y las diálogos de los demás sobre un tema que a mí me apasiona, la lógica formal. Como estudiante de filosofía, interesado especialmente en corrientes analíticas y pragmatistas, no puedo entender la filosofía y la lógica sin que estas tengan un valor para la sociedad en la que uno vive, ya que tengo la convicción de que la filosofía existe no gracias a los dioses, como afirmaría Aristóteles, sino, más bien,  gracias a las relaciones entre los seres humanos que dieron origen al lenguaje y, por ende, a la filosofía tal cual hoy la entendemos.

La lógica no deja indiferente a nadie… Hay gente que la ama y  hay gente que la desprecia. A veces se vincula la lógica con algo frió ya que dentro de nuestra tradición se comprende en oposición al concepto de «pasión». Sin embargo,  a pesar de concebirse como algo racional, ajeno a las pasiones humanas, la lógica despierta ambos extremos del gran espectro de reacciones emocionales, el amor y el odio,  sino vean los siguientes comentarios en Twitter sobre la lógica formal:

La verdad que yo era feliz el año pasado con lógica formal en filosofía.

— Yaisha. (@yaai96) noviembre 26, 2013

 

Eso sí es pasión…

Y me cago en la puta lógica proposicional de los cojones.

— Rocioϟ (@RStonem) noviembre 25, 2013

 

 

 Y esto… pues  también.

Como decía, podemos encontrar dos tipos de perfiles en los extremos del espectro,  los que la aman y los que la odian. Los amantes de la lógica, como yo, no necesitamos mayor justificación para estudiarla que su propio goce estético e intelectual. Sin embargo, los que la odian necesitan encontrar en ella una razón o motivo práctico para encontrar el sosiego para estudiarla. Y desde esta perspectiva, la del estudiante frustrado y enfadado con la lógica, es desde la cual quiero presentarla. Las personas que tiene una reacción negativa hacia algo son personas muy valiosas porque van a encontrar los mayores puntos débiles de los objetos ante los que reaccionan. Entre estas reacciones emocionales encontramos, no sin razón, la afirmación acerca la inutilidad de la lógica en la vida cotidiana, es decir, el cuestionamiento acerca de su legitimidad pragmática. Por «legitimidad pragmática” me refiero a una justificación social por la cual se considera apropiado introducir esta asignatura en el plan docente de un estudiante X, le guste o no estudiarla, debido a su utilidad para el desempeño posterior de su profesión futura o su desarrollo como ciudadano.  Desde este tipo de justificación las profesores y amantes de la lógica han defendido dos tesis:

 

1)    Tesis fuerte: La lógica no sólo sirve para algo, sino sirve para todo, ya que, partiendo de la pre-comprensión occidental de que el ser humano es un ser racional, la lógica es fundamental  para el desarrollo satisfactorio de nuestra naturaleza racional (lo que nos permite, por ejemplo, ser seres humanos, valga la redundancia, y no  animales de bellota).

2)    Tesis débil: La lógica formal sirve para ciertos campos como 1) la ciencia, por ejemplo, la matemática, la lingüística, el derecho, la informática o la computación, 2)  la filosofía, o 3)  ciertos ámbitos prácticos, como la política, la publicidad, la relaciones humanas donde entra en juego la argumentación o persuasión, etc.

En lo que respecta a la tesis fuerte, desde mi experiencia, siento posicionarme de nuevo con los detractores de la lógica. La lógica formal no estudia el razonamiento (eso lo hace la psicología del pensamiento y a veces ni esta). Una cosa es el cálculo inferencial y otra el razonamiento. Existen relaciones innegables entre ambos, pues es verosímil pensar que una  mayor capacidad de calculo va a favorecer ciertos procesos de razonamiento, no obstante,  eso no impide que alguien pueda realizar cálculos inferenciales de una manera enormemente ágil (un ordenador por ejemplo) y, sin embargo, ser incapaz de razonar con profundidad.   Para entender esto sólo hay que comprender la diferencia entre calcular y razonar que expongo brevemente en esta tabla:

CALCULO LÓGICO

RAZONAMIENTO

  • Impersonal ( no depende del individuo, ni de sus actitudes,  deseos o intenciones, o fines)
  • Reglamentadas y rigurosas mediante procedimientos sintácticos o semánticos.
  • Independientes del contexto y de la materia de estudio.  Es algorítmica.
  • No depende de los conocimientos previos del individuo.
  • Monotono (constantes, atemporales, inamovibles e indiferentes). Carácter fundamentalmente deductivo.
  • No sujeta a otras facultades del individuo (capacidad observacional, memoria, imaginación, actos corporales, etc.).
  • Es veritativo-funcional.
  • Lenguaje artificial procesado mediante ordenadores o escritura..
  • Validez deductiva: La conclusión debe estar contenida en las premisas.
  • Personal (No todo el mundo razona igual, depende de la actitud, hábitos intelectuales, deseos o intenciones y finalidades, tiene un fin vital).
  • Sujeta a hábitos flexibles y capacidad innata, la comprobación depende de procedimientos de análisis y observación empírica.
  • Dependiente del contexto y la materia de estudio.  No es algorítmica, sino muy flexible a las circunstancias.
  • Depende de los conocimientos previos del individuo.
  • No monótono (sujeto a revisión, temporal). Carácter fundamentalmente  abductivo
  • Sujeta a otras facultades del individuo (capacidad observacional, memoria, imaginación, actos corporales, etc).
  • No parece veritativo-funcional.
  • Lenguaje natural o artificial, procesado por el pensamiento.
  • Validez reflexiva: La conclusión debe aclarar una situación oscura o ser una solución racional para solventar  un problema práctico.

 

A pesar de defender que la lógica formal no tiene porque estar destinada a la enseñanza del razonamiento, no voy a negar la tesis fuerte. La lógica formal, a mi juicio, engloba un conjunto de lenguajes formalizados o lenguajes científico-técnicos, simples, precisos y no ambiguos diseñados para representar todo tipo de fenómenos y/o ciertas características de los fenómenos de la realidad. Ésto nos lleva consecuentemente a la tesis débil. Los amantes de la lógica amamos los lenguajes de este tipo por sí mismos. No obstante, no sólo existe una razón hedonista para el estudio de la lógica, ya que  estos lenguajes tiene el poder de representar estados de cosas del mundo, argumentos, situaciones sociales, razonamientos, programas informáticos, enunciados, las condiciones de verdad de las oraciones, etc. Todo ello sin ambigüedad y con gran belleza y precisión. Algo que tiene gran valor no sólo para los apasionados por la lógica, sino para todo aquel que este interesado en conocer ciertas propiedades abstractas de las cosas (lógicos, matemáticos, científicos, filósofos, etc.).  Dado que la lógicas formales son lenguajes abstractos, podemos crear una descripción de enorme simplicidad que recoja ciertas propiedades esenciales de ciertos fenómenos de la realidad, algo que sin ellos resultaría imposible o, al menos, extremadamente complejo y engorroso.

 

En este blog quiere ser una terapia catártica para todos los que odian la lógica y también quiere ser una instancia de seducción para todos los que aman o pueden llegar a amar esta apasionante objeto de estudio. Así pues, este blog tiene un objetivo todavía más fundamental que la enseñanza de la lógica y es el de despertar curiosidad e interés sobre ella, paso propedéutico para desear aprender lógica y disfrutar de sus infinitas posibilidades.

Espero que disfrutéis de vuestra instancia en mi blog, estoy enormemente contento y agradecido por vuestra lectura. Y  deseo que este blog pueda servir como una segunda casa, al menos lógica,  para disfrutar  con este racional, pero apasionante tema.

Deja tu opinión, quiere interactuar con vosotros.

¡Hasta pronto lector!

¡Un saludo!